Heráclito sostiene que el cambio es la única constante del universo. Del mismo modo, los cambios en las prácticas sociales están presentes en todas las culturas. Sin embargo, para advertir las transformaciones sociales es necesario, además de emplear una mirada crítica, partir desde una perspectiva histórica que posibilite reconocer las prácticas sociales establecidas, así como la sutilezas que la distinguen de un momento histórico a otro. Este tipo de análisis crítico se facilita cuando las prácticas sociales que se estudian están enmarcadas en un período relativamente largo de tiempo, puesto que los cambios sociales requieren de tiempo para hacerse reconocibles.
Es lugar común que los cambios sociales se pueden analizar desde las transformaciones de las instituciones y estructura sociales. Sin embargo, es preciso señalar que, estos macro cambios no necesariamente transforman radicalmente las prácticas de todos los grupos sociales de la sociedad en análisis. Así, los cambios en la prácticas familiares cotidianas de un sector social puede mantenerse sin cambio aparente frente a transformaciones tecnológicas que sufra el país en el que se enmarcan. Es decir, la existencia de cambios en la estructura económica, política, tecnológica, demográfica, etc., de una sociedad, no significa, necesariamente, un cambio en la forma de las relaciones interpersonales vinculadas a las instituciones sociales que rigen las relaciones familiares y cotidianas de los individuos.
De acuerdo con los señalamientos previos y con base en los planteamientos de Harry Hoetink, 2021 [1985], podemos argumentar que en la historia de la República Dominicana han sucedido cambios importantes en la estructura política, demográfica y tecnológica, sin embargo, esas transformaciones no han ido a la par con los cambios en las costumbres familiares y cotidianas.
Sobre el casamiento, tanto en la clase social alta como en la población de bajos recursos económicos, se estilaba el rapto de la mujer. En el período 1950-1990, el rapto no era penado legalmente si era seguido por el matrimonio. Esta costumbre de hace más de 170 años se mantiene vigente en varios campos de República Dominicana, aunque con sus variaciones.
Referencias:
Hoetink, H. (2021). “La vida familiar y cotidiana”. En El pueblo dominicano: 1850-1900: apuntes para su sociología histórica (5ta ed., pp. 315-343). Academia Dominicana de la Historia. (Trabajo original publicado en 1985)
Fuente: https://litteranova.com/2024/03/30/continuidad-en-las-costumbres-sociales-cotidianas-de-los-dominicanos-de-1850-al-1900-parte-i/
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