En el ámbito de los negocios, un alianza alude a la asociación de dos o más empresas bajo la expectativa de obtener beneficios en conjunto que no serían posibles de alcanzar de forma separada en el presente inmediato o en el largo plazo. El término alianza estratégica refiere, por lo tanto, a aquellas alianzas que se forman con el propósito de lograr algunos de los objetivos estratégicos de las empresas que conforman las alianzas.
Debido a que se trata de una relación formal, siempre que se
habla de alianza estratégica se incluye de manera implícita la necesidad de un
contrato escrito que formalice y de peso legal a la relación.
El término alianza estratégica se ha convertido en una
constante en la literatura de administración reciente, sobre todo, en el
contexto de mercados internacionales, por representar una alternativa para
maximizar tanto el rango de acción, es decir, el alcance en los mercados, como
para aumentar las ganancias. Además de estos beneficios potenciales, la conformación
de alianzas puede perseguir la reducción de costos, el acceso a nueva
tecnología, hacer frente a la competencia, desarrollar una ventaja competitiva,
enfrentarse a una crisis vigente en el mercado, y cualquier otro objetivo
vinculado a los intereses de la empresa a largo plazo.
Un ejemplo que puede ayudar a arrojar luz sobre lo explicando
se corresponde con el siguiente: cuando una empresa se encuentra establecida en
un mercado, es decir, posee varios años en el mercado y sus ventas e ingresos
son estables, puede interesarse en diversificarse como estrategia para aumentar
sus niveles de ingreso o para diversificar el riesgo. En los mercados en que le
interesa incursionar le pueden ser desconocidos, pueden tener altas barreras de
entrada, puede requerir de una tecnología muy específica a la que no tiene
acceso, o por otras razones difíciles de cumplir para la empresa. Una
alternativa que puede contemplar esta empresa es el desarrollo de una alianza
con una segunda empresa que esté establecida en el otro mercado en el que le
interesa participar.
De forma paralela, una empresa nueva podría también buscar
formar alianzas, sin embargo, podría estar movida por intereses distintos al
caso ya explicado. Podemos pensar en una situación hipotética en la que una
empresa nueva en un mercado específico perciba una fuerte competencia y decida
fortalecer su posición competitiva en el mercado en que compite para no morir
antes de llegar a la madurez. Una alterativa que puede evaluar esta empresa es,
precisamente, la conformación de alianzas estratégicas con otras empresas
localizadas en el mismo mercado.
A partir delo planteado hasta este punto, es fácil deducir
que las alianzas estratégicas pueden presentarse con diversas estructuras. Pueden
ser clasificadas atendiendo a diversos aspectos como el lugar que ocupan las
empresas en la cadena de valor, el foco sobre el cual se genera la alianza
(mercados, productos, tecnología), por los cambios en la propiedad de los
socios en la alianza (creación de empresas o proyectos en conjunto), la
naturaleza de los recursos que aportan y el propósito de los socios.
A pesar de la diversidad en su clasificación, en la
conformación de cada tipo de alianza se debe tener presente que la claridad en
el establecimiento de los límites entre las partes –tales como el rango de
acción en la toma de decisiones, distribución del riesgo, niveles de calidad en
la ejecución de actividades, y demás responsabilidades– será uno de los
principales factores que incidirá en el éxito o fracaso de la alianza.
Sin importar las características particulares que definan
una alianza estratégica específica, estas siempre buscarán potenciar las
posibilidades de las empresas que participen en la alianza y, para ello,
tendrán que ceder control en las operaciones que defina la alianza.
Fuente: Litteranova
https://litteranova.com/2022/09/23/alianza-estrategica/
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